LLTV: Guillermo, el pasado viernes 10 de junio, 20 horas
en El Taller Multiespacio, Paysandú 2301 CABA, presentaste tu primera novela
“La Casona de Almagro”. Contanos con qué se va a encontrar el lector cuando se
siente a leer tu novela.
GS: Muy
probablemente, en algún pasaje de las historias se verá a sí mismo. La novela
pone personajes de ficción frente a los acontecimientos históricos, digamos…
realmente acontecidos. La identificación con aquellos funciona a la manera de
una interpelación a los y las lectores: ¿Qué hubiera hecho yo ante esa circunstancia?
¿Qué haría en las situaciones límite?
LLTV: ¿Se trata de
una novela histórica o de una ficción con personajes reales?
GS:
Buena pregunta, es las dos cosas, pero al revés. Diría que es una novela histórica
con personajes de ficción incrustados en los acontecimientos, y puestos a
interactuar con personas y condicionados por sucesos que realmente existieron, tanto
en nuestro país como en las guerras europeas del siglo XX. Es así como, todos
los personajes y las acciones se transforman en pura ficción; en otros
términos, si se habla de Perón, no es el Perón históricamente real, sino uno
más de los personajes ficcionados que dialoga con otro de pura ficción. Nuevamente
la intención es interpelar al lector que se preguntará qué cosa habría hecho
ante los vaivenes de los acontecimientos.
LLTV: ¿Cual fue el disparador que te llevó a escribir
esta obra?
GS:
Racionalizo la respuesta porque me cuesta recordar la chispa que me llevó a
trabajar dos años en esta historia, y entonces digo: creo que una buena manera
de pensar los desafíos de la tremenda actualidad que vivimos, acá, allá y en
todas partes hoy en día, es la comprensión de las tragedias ocurridas en el
pasado no tan lejano, la pregunta ¿qué hubiera hecho yo en aquel momento?, bien
podría pensarse en el aquí y ahora ¿qué debería hacer ante lo que ocurre en lo
inmediato? ¿Acaso sé lo que está pasando? Va de suyo que, aquellos que vivieron
traumáticas experiencias apocalípticas, carecían de la posibilidad de entender
por completo, la inmensidad de la tragedia. Una vez más el “¿qué haría yo…?”:
pone en cuestión la veracidad de que el amor es más fuerte que el odio. Ahora
bien, en el transcurso del trabajo ocurrió una epifanía, un algo que se me
presentó como el corazón de la historia que estaba narrando, el motor, lo que
mueve la acción: la ternura. La historia de la novela se trata de la presencia
o la ausencia del sentimiento de ternura como la línea divisoria que
separa lo deleznable de los imperativos
éticos civilizatorios.
LLTV: ¿Podrías darnos alguna pista? ¿De qué se trata la novela?
GS:
¿Pistas? Bueno sin convertirme en un spoiler diría que el argumento es la pelea
de hermanos por la propiedad de una casa, el varón adoptado por los padres de
Amalia, mientras trabaja en Europa, busca quedarse como único dueño: la ocupa
de manera ilegal. Esa batalla es la metáfora que se proyecta a lo largo de la
novela. Generaciones futuras de ambos se entrelazarán en nuevos y renovados
combates. Créanme si les digo que contiene pasajes de humor, algunos
desopilantes, porque el humor permite el tránsito de situaciones angustiantes.
Sin embargo, hay varias novelas dentro del conflicto principal, como cajas
chinas que encajan unas en otros pero que sin embargo unas dependen de la
existencia de las demás.
LLTV: Esta es tu segunda
novela. ¿Por qué es la primera que publicás?
GS:
La primera quedó en la cola de espera. Soy autor teatral y el primer trabajo novelado
tiene osadías tales como mezclar géneros, por lo que la duda por publicar se
resolvió por andar por caminos y por senderos ya trazados y no por abrir
picadas. Es una cuestión que tiene que ver con temores personales para qué
negarlo.
LLTV: Además de escritor, sos director teatral. ¿Podemos llegar a ver “La Casona de Almagro” en teatro?
GS: No,
en absoluto. Lo que sería un sueño realizable es verla como series o películas.
Uno de mis lectores me ha dicho que es muy cinematográfica. Ojalá que tenga ese
destino. Veo muchas miniseries donde la historia es pequeña y de todos modos se
produce. La casona de Almagro alberga varias, anudadas, entrelazadas, pero que
podrían fácilmente ser recortadas. No cabe duda de que tengo una manera
acentuadamente visual de narrar.
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